Descubre Cádiz en 2 días

Posiblemente una de las ciudades más especiales de occidente cuyo fin es enamorarte desde el primer momento en que cruzas uno de sus puentes, Cádiz, ciudad milenaria de origen fenicio, calles de plata que desembocan en un mar infinito y un campo del sur que transporta al visitante al malecón de La Habana.

Recomendamos salir sobre las 9 de la mañana en nuestras rutas pero antes de partir tenemos que coger fuerzas, y que mejor que tomando una taza de chocolate caliente junto al Mercado de Abastos, en la conocida cafetería de “La poeme” donde podemos llevar los exquisitos churros del puesto cercano “La Guapa”.

Para comenzar nuestro viaje por tierras gaditanas y a temprana hora de la mañana, tomaremos como punto de partida el Mercado Central de Abastos (1), lleno de puestos de pescado y marisco fresco, frutas, verduras, carne, donde tenéis la posibilidad de probar, posiblemente, los mejores chicharrones del mundo y, por si fuera poco, comerse unas tapas al aire libre en su rincón gastronómico, el cual cuenta con gran variedad de puestos donde podemos encontrar propuestas culinarias de cualquier tipo y procedencia, desde lo más típico de la tierra hasta cocina japonesa, italiana, entre otros. Y no solo eso, también podremos visitar puestos especializados en cervezas, infusiones, bebidas, etc.

Continuamos nuestro recorrido en dirección a la Plaza de las Flores (2) o Plaza Topete, corazón histórico de Cádiz y núcleo comercial, a tan sólo unos segundos del Mercado Central de Abastos.

En ella desemboca una de las principales calles comerciales de la ciudad, la calle Columela, repleta de negocios de todo tipo, especialmente tiendas de moda.

Seguidamente, nos dirigimos a la Plaza de la Catedral (3), desde la que podemos contemplar la inmensa fachada de la Catedral de Cádiz (4) “Santa Cruz sobre el mar” o “Santa Cruz sobre las Aguas” es también conocida por los gaditanos como la Catedral Nueva, en contraposición de la Vieja, edificada en el S.XVI sobre la antigua Catedral gótica mandada construir por Alfonso X El Sabio. La Catedral gótica perduró con algunas reformas realizadas en los siglos XV y XVI hasta que fue quemada por la escuadra angloholandesa comandada por el almirante Howard y el conde de Essex, que atacó, invadió y saqueó Cádiz en 1.596 hasta que la abandonó, ya incendiada, a mediados del mes de julio.

La Torre del Reloj (5) de la Catedral de Cádiz es, sin lugar a duda, uno de los elementos exteriores más característicos de este primer templo gaditano, desde sus torres puede apreciarse una vista completa de toda la urbe y maravillosas vistas al Océano Atlántico.

Junto a la Catedral podemos visitar la Iglesia de Santa Cruz (6) o Catedral Vieja es el templo con mayor historia en la ciudad y cuenta la tradición que fue levantado sobre el solar de una antigua mezquita musulmana. Se construyó a instancias del Alfonso X el Sabio y se erigió como catedral en 1263, expresando el Rey Sabio su deseo de ser enterrado en ella, si bien nunca fue cumplido.

Seguimos por la zona, donde tenemos la posibilidad de visitar el Museo Catedralicio (7) ubicado en la Casa de la Cortaduría. En él se exponen los ornamentos y objetos de culto de la Catedral, así como pinturas y esculturas.

Va siendo hora de hacer una parada para reponer energías, y nada mejor que tapear en Garage Bistro & Bar, situado a tan solo 1 minuto de la Catedral, en pleno barrio de El Pópulo, desde donde podremos observar el arco de la Rosa, la antigua puerta occidental enclavada en las murallas de la Cádiz medieval, que lo comunica con la plaza de la Catedral.

Considerado el más antiguo de la Europa Occidental, el barrio del Pópulo (8), cuyo origen se remonta al siglo XIII, es uno de esos lugares que te transportan a otra época con sus estrechas y empedradas callejuelas de aire medieval, casas palacios y fachadas de piedra ostionera que han sido testigos del continuo intercambio de mercancías con el Nuevo Mundo y la visita de Cristóbal Colón en 1493 en su segundo viaje a las américas.

El Pópulo encierra en la pequeña área delimitada por tres arcos, cada uno bajo una advocación mariana: el Arco de la Rosa, con sus matacanes; el Arco del Pópulo (9), situado bajo la capilla del mismo nombre y del que destaca la curvatura interior que es un arco de ojiva túmido; y el Arco de los Blancos, donde se encontraba la capilla de la Virgen, vestigios de la historia gaditana, del Cádiz fenicio, romano y también de esa rica ciudad que miraba a América hipnotizada por el comercio con las Indias Occidentales.

Nuestras últimas fuerzas la dedicaremos a visitar el ayuntamiento de Cádiz (10) que se encuentra ubicado en la Plaza de San Juan de Dios.

El Ayuntamiento de Cádiz se localiza en el emplazamiento actual desde el siglo XVI. A finales del siglo XVII se reformó el edificio, que fue sustituido por el actual a partir de 1799.

La primitiva Plaza Mayor de la ciudad o Plaza de San Juan de Dios (11), que se llamó también de la Corredera, se dispuso, como es frecuente en las ciudades medievales, a extramuros e inmediata a una de las puertas de acceso, en este caso la primitiva Puerta del Mar, el Arco del Pópulo. Su disposición irregular está condicionada por coincidir con una de las embocaduras del antiguo brazo de mar, que originariamente atravesaba la actual isla de Cádiz.

Para finalizar el día podemos pasar por la Freiduría y Marisquería Las Flores 1 donde se sirven generosas raciones de marisco o de pescaíto frito en papelón o en bandeja, en una cervecería humilde situada en el corazón histórico de Cádiz.

Desde su terraza podremos disfrutar del gran ambiente que existe siempre en la zona, con vistas a la Plaza de las Flores.

En nuestro segundo día por Cádiz haremos una de las rutas más gaditanas de la ciudad, comenzando por el carnavalesco barrio de la viña, aun así, recomendamos pasarnos en primer lugar por el mercado de Abastos para ver la gran variedad de pescado y marisco que podemos encontrar por la mañana, digno de ver.

Para desayunar antes de nuestro paseo, tenemos la posibilidad de hacerlo dentro del mismo mercado, donde encontraremos un variado rincón gastronómico.

Dispuestos a continuar, caminaremos en dirección Calle Rosa hacia el famoso Barrio de La Viña (1), con un profundo sabor marinero, es el centro neurálgico de los carnavales gaditanos, además de concentrar toda la esencia de la llamada “Tacita de Plata”, sobrenombre popular de Cádiz.

Una vez que hemos recorrido cada rinconcito del barrio de La Viña, desembocaremos en la playa de La Caleta (2), pues todas sus calles nos llevan a ella.

Presidida por el antiguo balneario de Nuestra Señora de la Palma (3), imagen icónica de la ciudad de Cádiz, La Caleta es posiblemente una de las playas más especiales de la costa gaditana, y por qué no, del mundo, pues refleja el puro espíritu gaditano, con mágicos atardeceres que transmiten paz y tranquilidad, una pintoresca estampa con barquitas de maderas en un mar que se pierde con una preciosa puesta de sol entre el Castillo de San Sebastián y el Castillo de Santa Catalina.

Ahora nos dirigimos hacia la avenida Duque de Nájera, allí encontramos el Castillo de San Sebastián (4), el cual podemos ver a nuestra izquierda desde la playa de La Caleta y donde podremos dar un largo paseo disfrutando de las maravillosas vistas al mar que nos ofrece su travesía.

Seguimos nuestro recorrido hasta Calle Mesón, donde encontramos el Teatro Romano (5) que se construyó hacia el año 70 a.C. cuando el gaditano Lucio Cornelio Balbo “el Mayor”, amigo personal y consejero de Julio César, decidió junto a su sobrino Balbo “el Menor” ampliar el perímetro urbano de Gades, construyendo la Neápolis. En este nuevo barrio se levantaron un anfiteatro y un teatro, localizado este último en 1980 bajo el actual barrio de El Pópulo.

A tan sólo 1 minuto se encuentra el Yacimiento arqueológico de la Casa del Obispo (6), se halla enclavado en pleno centro histórico de la ciudad, entre la antigua catedral y la catedral nueva, y permite comprobar la evolución de la ciudad desde el siglo VIII a.C hasta el siglo XVIII de nuestra era.

Llegó la hora de hacer una parada y esta vez recomendamos visitar, sin lugar a dudas, quizás la taberna más conocida de Cádiz, Casa Manteca, un rincón muy pintoresco con una decoración taurina, azulejos y fotografías a la vieja usanza, un lugar entrañable con exquisitas tapas típicas gaditanas donde destacamos sus chicharrones, mojama, quesos, caballa aliñá y toda su oferta en general, pues no te decepcionará.

Llegada la tarde, no hay mejor manera que relajarse paseando junto a la playa de La Caleta, dirección al Castillo de Santa Catalina (7), donde cercano a su entrada encontramos una cafetería con vistas inigualables, La Quilla, para tomar un café y activarnos antes de continuar.

Continuamos nuestra ruta por el parque Genovés (8) o jardín botánico, se trata de la zona verde más amplia del casco antiguo. Permaneció al margen de la expansión urbana experimentada por la ciudad a lo largo del siglo XVIII, por estar sometida a servidumbre militar. En aquella época ya era utilizada como lugar de esparcimiento y se conocía como Paseo del Perejil, a causa de su escasa y pobre vegetación.

Desde este punto, nos desviaremos 3 minutos de nuestra ruta para dirigirnos al templo del carnaval gaditano, el Gran Teatro Falla (9), que cada mes de febrero nos regala las coplas de las agrupaciones que en él concursan.

Volvemos al parque Genovés y caminamos hasta el Baluarte de la Candelaria (10), edificado sobre un ángulo saliente del terreno en 1672, cuya estratégica situación, entre el de San Felipe y las fortificaciones próximas a la Caleta, suponía una gran mejora para la protección del frente de poniente.

Continuando nuestro recorrido veremos la Alameda Apodaca (11), este paseo, reservado de los temporales, se dispone sobre las murallas junto a la bahía y es, desde el siglo XVII, uno de los lugares más frecuentados de la ciudad. A lo largo de la historia ha sufrido varias reformas, pero la que conformó su actual aspecto fue realizada en 1926.

A Cádiz había que defenderla a toda costa. Napoleón, Nelson, Francis Drake… no sé a cuántos se les metió en la cabeza tomar Cádiz, como punto de partida para meterle mano a toda la península, porque, siglos atrás, Cádiz era una de las ciudades más importantes de España.

Entre baluartes, torres-miradores, y demás, Cádiz se parapetó tras sus Murallas de San Carlos (12). Hoy las podéis ver muy cerca de la Plaza de España, allí donde se levanta el célebre monumento a la Constitución de 1812 (13), la Pepa. Las murallas miran fijamente hacia el mar, y se levantaron a finales del siglo XVIII, gracias al ingeniero militar Antonio Hurtado.

Nuestro día acaba aquí pero para hacer aún más perfecto nuestro viaje, al caer la tarde podemos pasar a cenar en el Restaurante Balandro, pues es sin lugar a dudas, uno de los mejores y más conocidos de la ciudad, donde destacan los platos marineros elaborados con frutos frescos de la bahía gaditana, las recetas tradicionales enraizadas en la dieta mediterránea y las carnes sabrosas y tiernas elaboradas con un amplio abanico de posibilidades, al gusto del cliente.