En nuestro segundo día por Cádiz haremos una de las rutas más gaditanas de la ciudad, comenzando por el carnavalesco barrio de la viña, aun así, recomendamos pasarnos en primer lugar por el mercado de Abastos para ver la gran variedad de pescado y marisco que podemos encontrar por la mañana, digno de ver.

Para desayunar antes de nuestro paseo, tenemos la posibilidad de hacerlo dentro del mismo mercado, donde encontraremos un variado rincón gastronómico.

Dispuestos a continuar, caminaremos en dirección Calle Rosa hacia el famoso Barrio de La Viña (1), con un profundo sabor marinero, es el centro neurálgico de los carnavales gaditanos, además de concentrar toda la esencia de la llamada “Tacita de Plata”, sobrenombre popular de Cádiz.

Una vez que hemos recorrido cada rinconcito del barrio de La Viña, desembocaremos en la playa de La Caleta (2), pues todas sus calles nos llevan a ella.

Presidida por el antiguo balneario de Nuestra Señora de la Palma (3), imagen icónica de la ciudad de Cádiz, La Caleta es posiblemente una de las playas más especiales de la costa gaditana, y por qué no, del mundo, pues refleja el puro espíritu gaditano, con mágicos atardeceres que transmiten paz y tranquilidad, una pintoresca estampa con barquitas de maderas en un mar que se pierde con una preciosa puesta de sol entre el Castillo de San Sebastián y el Castillo de Santa Catalina.

Ahora nos dirigimos hacia la avenida Duque de Nájera, allí encontramos el Castillo de San Sebastián (4), el cual podemos ver a nuestra izquierda desde la playa de La Caleta y donde podremos dar un largo paseo disfrutando de las maravillosas vistas al mar que nos ofrece su travesía.

Seguimos nuestro recorrido hasta Calle Mesón, donde encontramos el Teatro Romano (5) que se construyó hacia el año 70 a.C. cuando el gaditano Lucio Cornelio Balbo “el Mayor”, amigo personal y consejero de Julio César, decidió junto a su sobrino Balbo “el Menor” ampliar el perímetro urbano de Gades, construyendo la Neápolis. En este nuevo barrio se levantaron un anfiteatro y un teatro, localizado este último en 1980 bajo el actual barrio de El Pópulo.

A tan sólo 1 minuto se encuentra el Yacimiento arqueológico de la Casa del Obispo (6), se halla enclavado en pleno centro histórico de la ciudad, entre la antigua catedral y la catedral nueva, y permite comprobar la evolución de la ciudad desde el siglo VIII a.C hasta el siglo XVIII de nuestra era.

Llegó la hora de hacer una parada y esta vez recomendamos visitar, sin lugar a dudas, quizás la taberna más conocida de Cádiz, Casa Manteca, un rincón muy pintoresco con una decoración taurina, azulejos y fotografías a la vieja usanza, un lugar entrañable con exquisitas tapas típicas gaditanas donde destacamos sus chicharrones, mojama, quesos, caballa aliñá y toda su oferta en general, pues no te decepcionará.

Llegada la tarde, no hay mejor manera que relajarse paseando junto a la playa de La Caleta, dirección al Castillo de Santa Catalina (7), donde cercano a su entrada encontramos una cafetería con vistas inigualables, La Quilla, para tomar un café y activarnos antes de continuar.

Continuamos nuestra ruta por el parque Genovés (8) o jardín botánico, se trata de la zona verde más amplia del casco antiguo. Permaneció al margen de la expansión urbana experimentada por la ciudad a lo largo del siglo XVIII, por estar sometida a servidumbre militar. En aquella época ya era utilizada como lugar de esparcimiento y se conocía como Paseo del Perejil, a causa de su escasa y pobre vegetación.

Desde este punto, nos desviaremos 3 minutos de nuestra ruta para dirigirnos al templo del carnaval gaditano, el Gran Teatro Falla (9), que cada mes de febrero nos regala las coplas de las agrupaciones que en él concursan.

Volvemos al parque Genovés y caminamos hasta el Baluarte de la Candelaria (10), edificado sobre un ángulo saliente del terreno en 1672, cuya estratégica situación, entre el de San Felipe y las fortificaciones próximas a la Caleta, suponía una gran mejora para la protección del frente de poniente.

Continuando nuestro recorrido veremos la Alameda Apodaca (11), este paseo, reservado de los temporales, se dispone sobre las murallas junto a la bahía y es, desde el siglo XVII, uno de los lugares más frecuentados de la ciudad. A lo largo de la historia ha sufrido varias reformas, pero la que conformó su actual aspecto fue realizada en 1926.

A Cádiz había que defenderla a toda costa. Napoleón, Nelson, Francis Drake… no sé a cuántos se les metió en la cabeza tomar Cádiz, como punto de partida para meterle mano a toda la península, porque, siglos atrás, Cádiz era una de las ciudades más importantes de España.

Entre baluartes, torres-miradores, y demás, Cádiz se parapetó tras sus Murallas de San Carlos (12). Hoy las podéis ver muy cerca de la Plaza de España, allí donde se levanta el célebre monumento a la Constitución de 1812 (13), la Pepa. Las murallas miran fijamente hacia el mar, y se levantaron a finales del siglo XVIII, gracias al ingeniero militar Antonio Hurtado.

Nuestro día acaba aquí pero para hacer aún más perfecto nuestro viaje, al caer la tarde podemos pasar a cenar en el Restaurante Balandro, pues es sin lugar a dudas, uno de los mejores y más conocidos de la ciudad, donde destacan los platos marineros elaborados con frutos frescos de la bahía gaditana, las recetas tradicionales enraizadas en la dieta mediterránea y las carnes sabrosas y tiernas elaboradas con un amplio abanico de posibilidades, al gusto del cliente.

Nuestro tercer día será muy cultural pero también tendremos tiempo para ir de compras por las calles más populares y céntricas de la capital.

Como siempre, recomendamos comenzar sobre las 9 de la mañana, y nuestro punto de partida será nuevamente el mercado central de Abastos, y acabaremos en el Campo del Sur donde podremos dar un tranquilo paseo amenizado por el ruido de las olas y acompañado de unas vistas inmejorables.

Primeramente debemos tomar un poco de energías con un buen desayuno, y nuevamente sugerimos tomar un delicioso chocolate caliente de “La poeme” junto con los exquisitos churros de “La Guapa”.

Nuestro primer objetivo será la Torre Tavira (1), una torre de las 134 torres miradores de Cádiz, donde podremos disfrutar de la cámara oscura, la cual produce una imagen sobre una pantalla blanca curva horizontal, a modo de mesa, situada en el centro de una habitación totalmente oscurecida, pintada de negro.

La imagen proyectada es en color, muy luminoso y refleja lo que está teniendo lugar, en el exterior de la torre, en ese mismo instante (imágenes reales y en movimiento).

A tan sólo 1 minuto caminando encontramos el Yacimiento Arqueológico Gadir (2), es uno de los asentamientos fenicios más antiguos de Occidente. Ya en el primer cuarto del primer milenio antes de Cristo se produjeron las primeras arribadas de tanteo por los fenicios de Tiro, fundando una colonia estable en una fecha que hasta los descubrimientos hallados bajo el Teatro del Títere eran difíciles de precisar.

A 3 minutos del Yacimiento Arqueológico Gadir llegaremos al Museo de las Cortes de Cádiz (3) que nace como referente de los iniciativas llevadas a cabo en la ciudad para conmemorar el Primer Centenario de la Constitución de 1812, la primera de la Historia de España.

Ahora nos dirigimos hacia la Plaza San Antonio (4), un lugar con mucho ambiente y bares para sentarse en sus terrazas y relajarse con las vistas que ofrecen.

La Plaza San Antonio forma un gran espacio cuadrangular y es uno de los centros neurálgicos de la ciudad. Originalmente se denominó Campo de la Jara, por encontrarse en sus inmediaciones el pozo del mismo nombre que durante un tiempo surtió a la ciudad de agua potable. Desde mediados del siglo XVII la plaza tomó su nombre actual al levantarse en ella la ermita dedicada a San Antonio.

Seguimos paseando entre las mágicas callejuelas de Cádiz dirección a la Plaza Mina, otro emblemático rincón de la ciudad, donde se haya el Museo de Cádiz (5).

El origen del Museo comienza con la Desamortización de Mendizábal en 1835 y con el depósito en la Academia de Bellas Artes de la ciudad de una serie de pinturas procedentes de diversos conventos exclaustrados. Entre estas obras se encontraba la serie de Zurbarán procedente de la Cartuja de Jerez de la Frontera. Mientras, en torno a la Academia de Bellas Artes, a lo largo del siglo XIX, se fue aglutinando un núcleo de obras de la floreciente escuela de pintura gaditana, con los ecos finales del neoclasicismo, el romanticismo, el costumbrismo y el cuadro de historia.

De la Plaza Mina nos dirigimos hacia el Oratorio de la Santa Cueva (6), que se encuentra a unos 4 minutos a pie.

Junto a la parroquia del Rosario se levanta el Oratorio de la Santa Cueva, que perteneció a la Congregación del Retiro Espiritual, surgida en Cádiz hacia 1730. Entre sus miembros se encontraban los personajes más destacados de la sociedad gaditana del siglo XVIII. Uno de ellos, el Marqués de Valde-Íñigo empleó gran parte de la fortuna familiar, procedente del comercio con México, en la construcción del actual oratorio.

Llegados a este punto podemos hacer una parada para comer en el Restaurante café Royalty, el único gran café romántico histórico conservado en Andalucía y posiblemente en toda España. Sus ricas pinturas de artistas de renombre como Felipe Abarzuza, su exquisita carpintería artesanal y escayolas originales recubiertas de pan de oro fino, junto al mobiliario de las primeras décadas del siglo XX, no deja indiferente al visitante.

Podemos aprovechar para dedicar el mediodía para pasear por la zona comercial de la Plaza del Palillero, allí encontraremos diversas tiendas de moda y belleza, así como bares y todo tipo de comercios.

Si lo preferimos, podemos continuar con nuestra ruta, camino al Paseo Canalejas (7), con una superficie 8.510 m2 de zona verde y la Plaza de las Tortugas con 1.060 m2, constituyen una zona verde fragmentada comprendida entre el Palacio de la Diputación Provincial y la Plaza de San Juan de Dios, delimitada al este por la Avenida del Puerto y el puerto comercial de la Ciudad y al oeste por la Avenida 4 de Diciembre de 1977, antigua Avenida Ramón de Carranza.

Desde el paseo Canalejas vemos el Puerto Marítimo de Cádiz donde disponemos de catamaranes que cruzan la Bahía de Cádiz conectando los municipios de Rota, Cádiz y El Puerto de Santa María; y donde atracan numerosos cruceros, cargueros y ocasionalmente buques históricos y de guerra.

Andamos unos 8 minutos dirección a Puertas de Tierra, un lugar privilegiado y símbolo de la ciudad de Cádiz, donde respetando el aspecto y la distribución de la construcción original, se encuentra el Museo del Títere (8); un espacio que tiene como principal objetivo exhibir, documentar y preservar la memoria de la actividad de los titiriteros, compañías, artesanos y creadores tanto españoles como resto del mundo.

Nuestra última parada y a tan sólo 3 minutos caminando, será la Casa de Iberoamérica (9), antigua Cárcel Real, es un Centro Cultural que en la actualidad acoge multitud de actos y muestras de todo tipo, y entre los que destacan aquellos relacionados con Iberoamérica. Entre sus exposiciones permanentes destacan las esculturas del artista holandés afincado en Venezuela, Cornelis Zittman, y la colección de obras de arte de José Félix Llopis.

Hay quien dice que Cádiz es la Habana pero con más arte y salero, y es que ambas se tienen la una a la otra como hermanas gemelas que se miran de frente con el reflejo atlántico de por medio con una muy parecida estética arquitectónica, casi cultural y emocional.

Por este motivo queda prohibido irse de Cádiz sin antes pasear por el Malecón Gaditano, el Campo del Sur, que podemos encontrarlo junto a la Casa Iberoamericana.

En Andalucía hay muchos pueblos blancos, encalados originalmente en el s. XIX para bloquear el sol y para desinfectar, un origen no muy romántico, pero los pueblos blancos de la provincia de Cádiz, y más concretamente los que quedan al noreste, se han ganado el título oficial de ‘pueblos blancos’.

Durante dos siglos, entre las conquistas cristianas de Sevilla en 1248 y el final del emirato musulmán en Granada, en 1492, estos pueblos fortificados vivieron a caballo sobre la siempre cambiante frontera entre cristianos y musulmanes.

Los 19 pueblos blancos de Cádiz son: Arcos de la Frontera, Bornos, Espera, Villamartín, Algodonales, El Gastor, Olvera, Torre-Alháquime, Setenil de las Bodegas, Acalá del Valle, Prado del Rey, El Bosque, Ubrique, Benaocaz, Villaluenga del Rosario, Grazalema, Benamahoma, Zahara de la Sierra y Algar.

¿Cómo podemos hacerla?

La Ruta de los Pueblos blancos se encuentra conectada con Cádiz mediante la línea de bus M-903, que une la capital con Arcos de la Frontera, y mediante el servicio que presta las compañías de bus «Los Amarillos» y la Compañía de Transportes Comes. No obstante si lo que queréis es visitar varios pueblos, la forma más rápida de llegar es en coche o excursión organizada.

Nos centraremos en los más imprescindibles para que nos dé tiempo de verlos con tranquilidad, aun así podemos desviarnos un poco para visitarlos todos o repartirlos en varios días.

Si partimos de Cádiz, recomendamos salir lo más temprano posible, lo ideal sería sobre las 7.30h u 8h de la mañana para poder desayunar en Setenil de las Bodegas (1), nuestro primer destino, ya que tardaremos 1 hora y 50 minutos en llegar.

Además de poseer un emplazamiento bellísimo, en el cañón del río Trejo, Setenil de las Bodegas tiene una singular diferencia con el resto de las poblaciones de esta famosa ruta y es que buena parte de sus viviendas se hayan “construidas” bajo un saliente de roca que lo convierten en uno de los más originales y más bonitos pueblos de España.

Es un pueblo muy pequeño y basta media mañana para verlo pero merece la pena dedicarle algo más de tiempo para disfrutarlo aún más si hace buen día.

Continuamos nuestra ruta dirección Grazalema (2), a 46 minutos en coche de Setenil de las Bodegas, es un pueblo encantador y pequeño por lo que es suficiente visitarlo en un par de horas o 3.

Es un precioso pueblo considerado por muchos uno de los pueblos más bonitos de Andalucía. Se trata de un pequeño municipio enclavado en el corazón del Parque Natural Sierra de Grazalema que ostenta el índice pluviométrico más alto de España.

Desde Grazalema podemos desviarnos unos 20 minutos para llegar a un pueblo muy pequeño pero con mucho encanto, Benamahoma (3), un entrañable pueblo que nos sorprenderá por su entorno y sobre todo por la preciosa ruta natural que une Benamahoma y El Bosque, siempre acompañados del ruido del río Majaceite.

Podemos realizar la ruta del sendero Majaceite pero esto nos demorará varias horas, y si vamos a realizar nuestro recorrido en un día, debemos continuar.

Recomendamos visitar Zahara de la Sierra si vamos bien de tiempo, pues nos sorprenderán sus vistas con un gran embalse de fondo y coronado por su castillo de origen nazarí.

Nuestra siguiente parada, El Bosque (4), en plena Sierra de Albarracín, junto al río Majaceite y rodeado de valles se nos aparece la que fuese casa de retiro señorial de los Duques de Arcos de la Frontera, con sus calles blancas salpicadas de fuentes y flores.

Si vamos hacer una parada para picar algo, recomendamos visitar el Restaurante “El duende”, con unos platos exquisitos típicos de la sierra gaditana y unos postres para chuparse los dedos.

Por supuesto no podemos irnos de la Sierra gaditana sin llevarnos algún embutido ibérico o quesos, los mejores que he probado sin duda.

Por último, visitaremos Arcos de la Frontera (5), considerado uno de los pueblos más bellos de España por su situación estratégica en lo alto de un cerro llamado “La Peña”. Siempre estuvo en el punto de mira de todas las civilizaciones que pasaron por Cádiz. Fenicios, romanos, visigodos…

Pero fueron los musulmanes los que, tras conquistarla en el siglo VIII, la convirtieron en reino de Taifa y la dotaron de la esencia de lo que continúa siendo hoy día.

El lago de Arcos se encuentra a escasos kilómetros de la localidad y ofrece la posibilidad de realizar diferentes deportes náuticos. La cola de este embalse está declarada Paraje Natural.

Y con esto termina nuestro día, aunque nos queda un largo pero bonito camino de vuelta hasta la capital gaditana.

Aún nos quedan muchos lugares por ver en Cádiz y hoy propongo dos opciones, la primera para los amantes del vino, y la segunda, para los enamorados del mar. Quiero destacar que lo aconsejable es hacer la ruta del mar en los meses de mayo hasta septiembre; la del vino el resto del año. En los meses cálidos habrá mucha más afluencia en la ruta del mar. La del vino se mantiene todo el año.

Recomendamos salir temprano y hacer la mañana el Jerez, almorzar en Sanlúcar de Barrameda y ver el atardecer en el Puerto de Santa María.

Comenzaremos nuestra ruta del vino en Jerez de la Frontera (1), ciudad donde el sherry, el caballo, y el arte son protagonistas.

Conocida por la Feria del Caballo, su Semana Santa, el flamenco y su arte, Jerez de la Frontera, donde se asentaron fenicios, romanos, musulmanes y cristianos dejando tras su paso una ciudad con un patrimonio artístico y cultural sorprendente. Cualquier época del año es buena para pasear por sus calles y plazas, para descubrir a la sombra de los naranjos sus casas blancas, palacios, iglesias, su arte y sus famosas bodegas.

Los lugares más recomendados para visitar en Jerez son:

• Bodegas
• Centro histórico.
• El alcázar de Jerez
• Catedral de Jerez
• Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre de Jerez
• Iglesia San Miguel y San Dionisio
• Zoo Botánico
• Cartuja de Jerez
• Plaza del Arenal y Calle larga
• Ruta gastronómica de Tabancos

Si realmente queréis comer bien y disfrutar de un inigualable ambiente. Tapear en Sanlúcar de Barrameda (2) y probar su Manzanilla es la mejor opción, y nada mejor que la Plaza Cabildo o Bajo de Guía, el barrio de pescadores inundado de restaurantes en los que probar los famosos langostinos, tortillas de camarones, pescaítos y guisos marineros.

Más allá de pasear por sus calles y vivir su gran ambiente en época estival, El Puerto de Santa María (3) tiene atractivos que se sustentan en su historia como importante puerto para el comercio con América, y en la gastronomía que puedes disfrutar.

En el muelle cercano al centro, encontramos el catamarán que une el puerto con Cádiz en sólo 30 minutos.

Donde visitaremos:

• Castillo de San Marcos
• Basílica de Nuestra Señora de los Milagros.
• Fundación Rafael Alberti
• Bodega Osborne/ Bodegas Caballero/ Bodegas Gutiérrez Colosia

Si nuestra pasión es el mar, la pesca, la gastronomía marítima y el ambiente activo, sobretodo en épocas de verano, ésta es nuestra ruta.

A orillas del Atlántico, en plena costa de Cádiz, puedes encontrar un pueblo cargado de encanto y magia, no solo por sus vistas, sino también por su cultura culinaria y por sus habitantes, Conil (1).

Y además de visitar la playa de La Fontanilla, la Cala del Aceite y calas de Roche, no puedes marcharte sin probar el atún rojo de almadraba es el rey de todos los platos de la zona, exquisito y de gran calidad. Este pescado capturado de manera artesanal en la costa de Cádiz es una delicatesen que saben preparar en Conil como en ningún otro sitio.

Continuamos nuestro recorrido, aunque tenemos la posibilidad de ver las playas de El Palmar y Caños de Meca antes de llegar a Barbate (2), nuestro siguiente punto en el mapa, donde junto con Conil, Zahara de los atunes y Tarifa, componen la famosa ruta del atún rojo de Almadraba, cuyo nombre es una de las técnicas para la captura del atún empleada en España aprovechando la migración de atunes Atlántico-Mediterráneo que se utiliza desde tiempos prerromanos. Consiste en instalar un laberinto de redes en el paso de los atunes, que normalmente se sitúa cerca de la costa. Este acontecimiento tiene lugar en el mes de mayo. Un término que debemos conocer es el ronqueo, es realizado por el llamado ronqueador, una persona que conoce a la perfección tanto la técnica de corte como la anatomía del pez, para de este modo hacer unos cortes perfectos y no estropear el producto.

Seguimos con playas de infarto y atardeceres mágicos, y sin lugar a dudas, Zahara de los Atunes (3) es otra parada indispensable. Se trata de un pequeño y encantador pueblo de tradición atunera, muy tranquilo y con kilómetros de playas casi desérticas, aguas cristalinas y arena blanca.

Retomamos nuestro viaje dirección Tarifa (4) sin antes hacer unas paradas imprescindibles, y es que Cádiz tiene millones de rincones apasionantes. De camino a Tarifa encontramos la famosa playa de Los Alemanes con una cala espectacular que es visita obligada debido a su encanto y belleza. También podemos ver la playa del Cañuelo o playa de los militares.

Debemos tener en cuenta, que estas playas casi desérticas no cuentan con servicios de playa y por su localización, suelen ser de difícil acceso.

Un poco más adelante tendremos la playa de Bolonia, espectacular e imprescindible, con unas muy conocidas dunas y entorno lleno de vegetación que lo transforma en una estampa de película.

Por fin llegamos a Tarifa, estamos en el punto más meridional de Europa, el más cercano al continente africano y el conocido por todos como la capital del surf. Y es que este emplazamiento privilegiado puede presumir hasta de restos prehistóricos, vestigios fenicios y, por supuesto, romanos.

Sin demorarnos demasiado, retornaremos nuestro viaje, pues nuestra última visita se encuentra de vuelta a Cádiz, Vejer de la Frontera (5), a unos 40 minutos de Tarifa, cercano a Conil.

Se trata de un pueblo de una extrema belleza, pequeño pero con un toque muy especial y callejuelas mágicas, posiblemente la musa de numerosos escritores y que celebra una conocida fiesta donde el centro del pintoresco pueblo se llena de velas y queda una bellísima imagen de la noche iluminada con cientos y cientos de velas amenizada con música clásica.

Termina nuestro largo e inigualable día, con unos 45 minutos de recorrido vuelta a Cádiz y desde Nomads, esperamos que vuelvan con una gran sonrisa y os hayamos ayudado a visitar todos los rincones de nuestra maravillosa y sorprendente Cádiz.